La extracción de un diente impactado es un procedimiento odontológico frecuente, necesario cuando un diente no sale o no se alinea correctamente dentro de la boca. Esta situación suele afectar a las muelas del juicio, los terceros molares, pero también puede afectar a otros dientes. Este artículo ofrece una visión general detallada de la extracción de dientes impactados, incluyendo qué es, por qué es necesaria, el procedimiento, la recuperación y las posibles complicaciones.
Un diente retenido se produce cuando un diente no puede salir completamente a través de las encías.
Esto puede ocurrir por falta de espacio en la mandíbula, por el ángulo del diente o por obstrucciones de otros dientes.
Los dientes impactados con más frecuencia son las muelas del juicio, que suelen salir al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta.
Sin embargo, también pueden impactarse otros dientes, como los caninos.
Los dientes retenidos pueden provocar diversos problemas dentales si no se tratan.
Algunas razones para extraer un diente retenido son:
Dolor y molestias: Los dientes impactados pueden causar molestias o dolor importantes, a menudo como consecuencia de la presión sobre los dientes adyacentes o de la inflamación de las encías.
Infección: La erupción parcial de un diente impactado puede crear una abertura para las bacterias, lo que provoca una infección.
Esto puede provocar hinchazón, dolor y dificultad para abrir la boca.
Formación de quistes: A veces puede formarse un saco lleno de líquido alrededor del diente impactado, que puede provocar daños en el hueso y los tejidos si no se trata.
Daños en los dientes adyacentes: Los dientes impactados pueden empujar contra los dientes cercanos, haciendo que se desplacen o se dañen.
Enfermedad de las encías: La zona que rodea a un diente retenido puede resultar difícil de limpiar, lo que aumenta el riesgo de enfermedad de las encías y caries dental.
El proceso de extracción varía en función de la posición del diente, la gravedad de la impactación y otros factores.
Generalmente, el procedimiento implica los siguientes pasos:
Consulta y diagnóstico por imagen: Antes de la extracción, un profesional dental evaluará la situación mediante radiografías u otras técnicas de imagen para determinar la posición exacta del diente impactado y planificar el procedimiento.
Anestesia: El procedimiento suele comenzar con la administración de anestesia para adormecer la zona.
Dependiendo de la complejidad de la extracción y del nivel de ansiedad del paciente, puede utilizarse anestesia local, sedación o general.
Incisión y extracción: Si el diente está totalmente por debajo de la línea de las encías, se hace una incisión en el tejido gingival para exponer el diente.
El diente puede extraerse en trozos, sobre todo si es grande o está fuertemente anclado.
Puntos de sutura: Una vez extraído el diente, pueden utilizarse puntos para cerrar el lugar de la incisión y favorecer la cicatrización.
A veces se utilizan puntos disolubles, lo que elimina la necesidad de retirarlos.
Cuidados postoperatorios: Después de la extracción, el dentista da instrucciones sobre el cuidado del lugar de la extracción para garantizar una cicatrización adecuada y evitar complicaciones.
La recuperación de la extracción de un diente impactado suele implicar unos días de reposo y unos cuidados postoperatorios específicos:
Control del dolor: Los analgésicos de venta sin receta o los medicamentos recetados pueden ayudar a controlar las molestias tras el procedimiento.
Compresas de hielo: Aplicar compresas de hielo en la parte externa de la mejilla puede reducir la hinchazón y aliviar el dolor.
Dieta: Se recomienda una dieta de alimentos blandos durante los primeros días posteriores a la extracción para evitar irritar el lugar de la extracción.
Higiene bucal: Mantener una buena higiene bucal es crucial, pero hay que tener cuidado de no alterar el lugar de la extracción.
Enjuagarse con una solución de agua salada puede ayudar a mantener limpia la zona.
Evita el tabaco y el alcohol: ambos pueden interferir en el proceso de curación y aumentar el riesgo de complicaciones.
Aunque la extracción de un diente impactado suele ser segura, hay posibles complicaciones que debes tener en cuenta:
Zócalo seco: Se produce cuando el coágulo sanguíneo del lugar de la extracción se desprende, dejando al descubierto el hueso y los nervios.
Puede ser muy doloroso y requiere tratamiento odontológico.
Infección: Los signos de infección incluyen fiebre, hinchazón y dolor persistente.
Pueden prescribirse antibióticos si se desarrolla una infección.
Daño nervioso: En raras ocasiones, puede producirse un daño nervioso que provoque entumecimiento u hormigueo en los labios, la lengua o la barbilla.
Suele ser temporal, pero a veces puede ser permanente.
Sangrado: Un poco de sangrado es normal, pero el sangrado excesivo debe comunicarse al dentista.
La extracción de un diente impactado es un procedimiento habitual para prevenir o tratar complicaciones derivadas de dientes que no pueden salir del todo.
Si sospechas que tienes un diente impactado, consulta a un profesional dental para que te haga una evaluación.
Una intervención temprana puede evitar problemas más graves y garantizar una mejor salud bucodental.
Sigue siempre las instrucciones de tu dentista sobre cuidados y recuperación para garantizar el mejor resultado posible.
Al comprender el proceso y la importancia de un tratamiento a tiempo, los pacientes pueden abordar la extracción de un diente impactado con confianza y conocimiento, lo que garantiza una experiencia más suave y una recuperación más rápida.
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